Estremecedor relato de un padre que vio a su hija adicta ser vejada por un demonio cuando rezaba el rosario

Imagen gentileza de Hailey Kean – Unsplash

“Soy un hombre de sesenta años, padre de dos hijas adultas. Los acontecimientos que voy a describir han tenido un profundo impacto en mi vida y he decidido dar testimonio confiando en que pueda ser de beneficio para los demás”.

Cuando Tadeo supo que una de sus hijas era adicta a las drogas, padecieron con su esposa un fuerte impacto psicológico, porque él había perdido a su hermano menor por la misma razón. Nunca ocultó los hechos de su muerte, dice, al contrario, todo lo relacionado con la muerte de su hermano había sido objeto de muchas conversaciones familiares, como una advertencia. Y estaba seguro de que algo así jamás volvería a cruzarse en su camino. La vida le ha demostrado lo equivocado que estaba.

“Vivíamos en Varsovia en ese momento, y el entorno en el que creció nuestra hija menor estaba contaminado en gran medida por la enfermedad de la adicción a las drogas. Buscamos ayuda principalmente en centros de rehabilitación y tratamientos, que siempre terminaban de la misma manera para nuestra hija: escapando del centro y volviendo a las drogas. El infierno se hacía cada vez más intenso pues mi hija no tenía absolutamente ninguna inhibición… para drogarse obtenía dinero principalmente a través del robo en todo tipo de formas y lugares”.

La batalla con las mentiras de una adicta

Después de largos esfuerzos, lograron que ella ingresara a uno de los Hogares Cenacolo de Madre Elvira, en Italia. Desafortunadamente no habían pasado ni tres meses cuando la hija de Tadeo regresó al hogar, dejando tras suyo varias deudas de dinero por pagar. Como todos los adictos, expertos en la mentira y el autoengaño, la joven trataba de convencer a sus padres de que estaba libre de la adicción, lo que obviamente no era cierto. El infierno volvería rápidamente…

Persuadidos por el terapeuta de que era bueno para todos cambiar el entorno, decidieron mudarse. Pudieron hacerlo de inmediato porque después de la muerte de sus padres, habían recibido como herencia una casa de verano en el campo, cerca de Varsovia. “Además nuestra hija estaba en un estado bendecido (embarazada), del que teníamos grandes esperanzas, pues los médicos nos dijeron que podría dar resultados beneficiosos para liberarse de su adicción. Se suponía que su novio era el hombre que quería ayudarla a salir del callejón sin salida. Más tarde supimos que nos engañaron: él también era drogadicto y en definitiva se separaron”.

La nieta, Natalia, nació en mayo y fue “un milagro, otra prueba de la Divina Providencia”, dice Tadeo, pues nació sanita a pesar de las adicciones de sus padres. Sin embargo, el nacimiento y el cambio en el entorno solo ayudó parcialmente. Los problemas volvieron como un boomerang. En un corto período de tiempo, la joven madre tuvo dos intentos de suicidio. En ambos casos los médicos lograron salvarla.

El demonio se manifiesta

rosario

“Buscamos ayuda donde pudimos”, señala Tadeo. De todos modos, ya antes, guiados por algún instinto o por esa vieja verdad que dice «si tienes miedo, entonces suplica a Dios» –comenta–, buscaban ayuda en la oración: el Santo Rosario y la Coronilla de la Divina Misericordia. Fue también lo que hizo, relata, después del segundo intento de suicidio de su hija…

“Cuando le traje de vuelta del hospital y después de largas persuasiones, aceptó que nos arrodillásemos juntos para rezar el rosario. Fue la oración más larga de mi vida y es difícil para mí olvidarla. Durante la oración, mi hija rodó por el suelo y gritó con una voz casi animal. Cuando terminamos de orar, le pregunté qué le había pasado. Ella respondió que, a lo largo de la oración, unas patas peludas con garras trataban de estrangularla. Al día siguiente, reapareció el dueño de estas garras, y a partir de entonces vino cada vez más a menudo, incluso varias veces al día, en diferentes momentos y en diferentes lugares. Siempre estaba en silencio, solo una vez habló y dijo: «De todos modos, no vales nada». Solo nuestra hija tenía estas visiones y nosotros solo veíamos sus reacciones, que eran siempre de terror”, testimonia Tadeo.

Después de dos semanas, las visiones se detuvieron, pero uno de los terapeutas de la joven, especialista en hipnosis se ocupó de convencerla que todo habían sido fantasías. Tadeo y su esposa, sabían que el mayor éxito de Satanás es hacer creer a la gente que él no existe. Por tanto, no se quedarían sin dar batalla.

La historia familiar que facilitó la acción demoníaca

Al final, este matrimonio logró llegar al sacerdote correcto. Después de unas horas de conversación con él y de un retiro, fueron bendecidos –confidencia Tadeo– pues junto a su esposa pudieron ver la causa de tanta infelicidad.

“Volviendo al origen, debo decir que durante casi 30 años mi esposa y yo habíamos estado viviendo en una relación no sacramental, y por lo tanto todo este tiempo estuvimos privados de la posibilidad de recibir la Sagrada Comunión. Hemos experimentado los efectos físicos del pecado en nosotros mismos. Una vez más, recibí evidencia de quién estaba detrás de la adicción a las drogas de mi hija cuando se caía ‘como un tronco’ después de cada intento de confesión y de la Sagrada Comunión. No podía sacarla de la iglesia por mi cuenta. A veces me ayudaban dos personas que no podían entender por qué ella, con un cuerpo devastado por la enfermedad, era tan pesada. Solo nuestro encuentro con Cristo en el Sacramento de la Reconciliación y el voto de castidad iniciaron el camino hacia la curación de nuestra hija, unida a mi conversión y la de mi esposa”.

Agradecer a Dios

Hoy, siete años después, están absolutamente seguros de que la curación de la adicción a las drogas de su hija fue el resultado de la Gracia. Ella es ahora una feliz madre de tres hijos, y la enfermedad de la adicción ha desaparecido. Además, agradecen a Dios que después de casi dos años de castidad han recibido la gracia del matrimonio sacramental, y su “fe dominical” ha sido profundizada.

“Tratamos de cultivarla participando en la Eucaristía, en retiros mensuales de evangelización, a través de la oración diaria –el rosario y la coronilla de la Divina Misericordia– ayunando y leyendo las Sagradas Escrituras, buenos libros y revistas católicas. Ahora, después de todo lo que nos ha pasado, sé que cada experiencia dolorosa que nos sucede tiene su aspecto espiritual. También estoy seguro de que nada sucede por casualidad en nuestras vidas. Sin embargo, nunca lo entenderemos todo. Estamos presenciando un momento en el que la batalla por el alma está llegando a su clímax. Espero que esta pequeña desgracia con final feliz ayude a otros a comprender la causa de sus problemas y resolverlos con el mismo éxito, lo que les deseo de todo corazón”, finaliza Tadeo.

Fuente: Portaluz.org