Andrea Bocelli íntimo: “Uno de los momentos más intensos de mi día es el rezo del santo Rosario”
Su nombre brilla en la escena musical internacional, sus presentaciones atraen multitudes, sus discos son apuesta segura … pero nada de esto equivale a perfilar la intimidad espiritual de Andrea Bocelli.
La inconfundible voz del tenor Andrea Bocelli, desde que se hizo conocido más allá de las fronteras de su Toscana natal, ha desbordado emociones por su calidad musical e interpretativa, abarcando el repertorio clásico, popular y sacro, con éxitos sonados.
En Lajatico, pequeño pueblo italiano enclavado entre ondulaciones montañosas, en cuya iglesia con muros de piedra resonó por primera vez la blanca voz de Andrea en su infancia, se fue forjando también su alma al ritmo de la vida espiritual de su familia. Sus padres, Alessandro y Edi, junto a la Nonna Andreina, le inculcaron profundos valores “a través de una aproximación vivencial de la fe y la doctrina católica… Aprendí la coherencia, la dedicación al trabajo, la honestidad. Son valores que he tratado de transmitir a mis hijos”, comenta Bocelli.
Pero el tenor italiano deja aún más claro el benéfico influjo espiritual de sus padres cuando relata que “los médicos aconsejaron a mi madre que abortara porque su hijo iba a nacer con graves patologías. Ella ignoró un consejo tan impropio y siguió con el embarazo, con el apoyo de mi padre” y agrega con emoción que “sin ese gesto de valentía y de fe, hoy yo no estaría aquí para contarlo”.
Esta fe firme en Cristo recibida desde la infancia lo ha ayudado a superar situaciones tan difíciles como el glaucoma con que nació, o la pérdida definitiva de la vista a los 12 años tras un accidente deportivo. Así se mantiene con “los pies firmes en el suelo”, como él mismo comenta al considerar su éxito artístico, pues “la fama en sí misma no lleva a ninguna parte… de hecho, representa un obstáculo para adquirir una verdadera profundidad humana”, reflexiona. En contraste, Andrea destaca que “hay muchas formas de ser una persona de gran valor sin ser famoso. Creo que el secreto está en amar lo que haces, más que hacer lo que amas”.
Apostando por el cielo con el Rosario
Andrea Bocelli no esconde su identidad católica. En julio de este mismo año participó en un homenaje a la Santísima Virgen en el santuario francés de Lourdes, y el pasado mes de septiembre, cuando le preguntaron por sus 30 años de éxitos, comentó sencillamente que “el único secreto ha sido que desde el principio he confiado en Dios”. Pues para él “la fe es humildad, disposición a maravillarse, es la carrera hacia el Cielo que está por encima de nosotros y también dentro de nosotros…”, ahonda este artista, destacando que no se trata de un ingrediente más en la vida, sino que es su “centro de gravedad, y afecta tanto a mi vida privada como a la profesional”. Tampoco es algo que dé por sentado: “como en el crecimiento en cualquier disciplina, requiere compromiso, perseverancia, sacrificio”, señala.
A corazón abierto, el Tenor venido de la Toscana continúa siendo un hombre de fe sencilla, devota, como la de su padres y abuelos. Para él, dice, la oración es un momento de encuentro con Dios. Y no sólo eso, sino “medicina sanadora, es bendición”, sincera rotundo y prosigue: “Al orar elevamos el alma y la ponemos en contacto con una dimensión paterna superior… Para mí es un camino esencial, un ejercicio espiritual para elevarme y para superarme”. Y sobre su propio caso, confidencia tener “una relación intensa y diaria” con la oración. “Creo en la práctica devocional, que es el alimento esencial en mi camino de fe. Uno de los momentos más intensos de mi día es el rezo del santo Rosario. Y a menudo también vivo el canto, desde alguna propuesta de música sacra o alguna canción que hable de la dimensión más espiritual, como una forma de oración. La música multiplica la oración, como recuerda san Agustín”, finaliza.
Fuentes consultadas: La Vanguardia / Revista Misión
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