Para recuperar ese “lugar seguro”, el calor del hogar, en todo momento de nuestra vida…
Todos añoramos un remanso donde sentirnos protegidos y queridos, un refugio contra la agitación, una respuesta al dolor, la paz definitiva que sane toda violencia, la feliz esperanza de una vida buena.
Son cientos los testigos cuyos relatos –publicados en Un Rosario Por Chile (pulse para leer)– nos conectan con una vital certeza: rezar el rosario nos lleva a ese “lugar seguro” con “calor de hogar” que tanto anhelamos.
Así nos lo cuenta también en breves palabras Monseñor Donald J. Hying, obispo de Madison, EE.UU: “Durante mi infancia, mi familia rezaba el Rosario todas las noches después de cenar, los 365 días del año. Las ilustraciones del devocionario que usábamos entonces siguen grabadas en mi memoria como imagen definitiva de cada acontecimiento sagrado en las vidas de Jesús y María”.
El por qué al rezar esta oración se reciben tantas gracias del Espíritu Santo es un misterio. Pero es la experiencia de miles y una verdad que la propia Virgen María le confirmó a Sor Lucía, una de las videntes de Fátima. “La Santísima Virgen ha dado una nueva eficacia al rezo del Rosario, hasta tal punto que no hay problema, por difícil que sea, temporal o sobre todo espiritual… que no pueda resolverse con el Rosario”, dejó escrito en su testamento espiritual la vidente.
Haciéndose eco de lo dicho por la Virgen, Papa Francisco alienta a rezarlo: “Con el Rosario, la Virgen María nos acompaña para que Cristo obre en nuestra vida, nos consuela en el dolor, nos hace experimentar la cercanía de Dios también en las familias. El Rosario acompaña siempre mi vida… es la oración de mi corazón”.
Si aún no sabes cómo rezar esta bendita oración pulsa aquí.