El Rosario: escudo, consuelo y esperanza de los ucranianos
La ciudad ucraniana de Izium permaneció bajo ocupación rusa entre el 7 de marzo de 2022 y el 10 de septiembre de 2022. Durante cinco meses, las tropas rusas bombardearon masivamente la urbe y sus alrededores con diferentes armas, matando y torturando a los residentes locales.
El 10 de septiembre, las tropas ucranianas liberaron a Izium de los invasores rusos. El 16 de septiembre, el presidente Volodímir Zelenski anunció el hallazgo de más de 400 cuerpos, incluidos varios con signos de tortura, en el lugar de entierro masivo.
El Limosnero del Papa en misión
Ese durísimo contexto bien lo conoce el cardenal polaco Konrad Krajewski. En razón de su cargo —desde 2013 es Prefecto del Dicasterio para el Servicio de la Caridad, es decir, Limosnero del Papa— ha ido cuatro veces a la zona de conflicto para testimoniar de manera palpable la cercanía de Francisco a la población, que padece como nadie los horrores de esa guerra.
En cada visita su itinerario ha seguido las diferentes etapas al corazón del conflicto. Primero Odessa y luego Zaporiyia, en ruta hacia Járkov. No es simple ni seguro: en la visita a Zaporiyia el minibús cargado con ayuda humanitaria fue tiroteado y el cardenal junto a sus acompañantes debieron ponerse a salvo.
Al final todo salió bien y la ayuda se entregó hasta el final, incluso los rosarios bendecidos por el Papa: los que los recibieron se los pusieron inmediatamente al cuello.
La barbarie
“No hay palabras, no hay lágrimas”. Así resume el cardenal Krajewski lo atestiguado en Izium, en la diócesis de Járkov-Zaporiyia, donde pasó toda una mañana junto al obispo local visitando las fosas comunes descubiertas tras la liberación.
El trabajo de exhumación de los restos ocultados en fosas comunes en un bosque cercano a Izium continuó durante una semana sin interrupción, informa Ukrinform. “447 cuerpos de los muertos fueron retirados de las fosas. De ellos, 215 son mujeres, 194 son hombres, 5 son niños y 22 son militares. Además, se encontraron los restos de 11 personas, cuyo sexo no se puede determinar por el momento”, dice el mensaje. Se denuncia que “hay muchos cuerpos con rastros de tortura. Los criminólogos de la policía y los médicos forenses se enfrentan a una tarea difícil: identificar el cuerpo de cada persona fallecida. Los familiares deben enterrarlos humanamente. Los investigadores documentan cuidadosamente todos los crímenes de guerra cometidos por militares rusos”.
En este contexto, el cardenal Krajewski empuñó su rosario y oró en silencio frente a las tumbas, como muestra la imagen inicial de este artículo.
A su regreso compartió algunas impresiones:
“Participamos en una ‘ceremonia’ —se podría decir— en el marco de la cual cincuenta jóvenes, principalmente policías, bomberos y soldados con uniformes blancos, desenterraron y se llevaron a los pobres ucranianos asesinados, algunos de los cuales habían sido asesinados hace 3-4 meses, otros hace unos días, principalmente arrojados a fosas comunes. Te quedas sin palabras cuando ves tanto horror… Sé que hay guerra y no hay piedad en la guerra, hay muertos… Aun así, es duro cuando vemos tantos muertos en un solo lugar, es difícil hablar al respecto”, dijo el cardenal a Radio Vaticano.
Esperanza que asoma en medio del dolor
“Hubo algo que me conmovió mucho: estos jóvenes ucranianos sacaron los cuerpos de los pozos con movimientos muy delicados, muy silenciosamente, en silencio silencioso. Era como una ceremonia, nadie hablaba, había muchos policías, soldados… Por lo menos doscientas personas. Todos permanecieron en silencio, con un respeto indescriptiblemente grande ante el misterio de la muerte. Había algo que aprender de estos jóvenes… Fue conmovedor ver cómo se llevaban los cadáveres. Como si fueran sus propios familiares, sus padres, hijos, hermanos. El obispo y yo caminábamos entre ellos, seguí rezando el rosario de la misericordia, estuvimos por lo menos tres horas allí. No podría haberlo hecho de otra manera”.
“Sabía que vería muchos muertos, pero al mismo tiempo conocí a muchas personas que me mostraron cuánta belleza escondida reside en el corazón humano. Mostraron la belleza humana en un lugar donde solo la venganza podría haber estado presente. Pero no fue así. Recordé las palabras de las Sagradas Escrituras, que el mal se puede vencer con el bien”, añadió emocionado el enviado del Papa, convencido de que el bien es el remedio para las heridas de esta guerra.
Al día siguiente, 20 de septiembre, el cardenal Krajewski se dirigió a Kiev, desde donde regresó a Roma para informar directamente al Papa Francisco.
Fuente: Portaluz.org / Vatican News