Anthony Dang: “Empecé a rezar el Rosario por mi familia que sufrió un grave accidente y entonces escuché la llamada de Dios”
“Estaba rezando el rosario cuando escuché esa llamada al seminario. Era como si mi corazón se sintiera atraído hacia él… Mi madre siempre me animó a ser fiel y aprender acerca de Dios. Ella me llevó a la iglesia, su presencia constante, y su fe y compromiso me ayudaron en mi camino de fe”.
Anthony Dang vivió el sábado 4 de junio de 2022 el momento más importante de su vida, su ordenación como sacerdote en la diócesis de Phoenix, en Estados Unidos. Aunque en realidad su historia comenzó en un lugar mucho más lejano e incluso antes de que este nuevo religioso hubiese nacido.
Sus padres llegaron a los Estados Unidos desde Vietnam como refugiados. Eran parte de una enorme masa de decenas de miles de personas que huían de la persecución, la opresión y el colapso de la economía vietnamita. Su padre fue uno de los que desafió los mares infestados de tiburones y piratas para dar un mejor futuro de libertad a su familia.
De este modo, Anthony Dang creció como el mayor de cuatro hermanos en la ciudad de Tempe (Arizona). Su familia era católica y además muy practicante y activa en la parroquia de la Resurrección. Allí, el ahora sacerdote acudió a catequesis y ejerció durante años como monaguillo.
Pero la llamada al sacerdocio se produjo más adelante y a raíz de un episodio trágico que le causó gran sufrimiento. De hecho, fue la incertidumbre y la angustia tras un grave accidente automovilístico lo que provocó que el adolescente Anthony comenzara a rezar el Rosario con fervor, una práctica que eventualmente lo llevó a discernir el sacerdocio.
En declaraciones a The Catholic Sun, Anthony relata que “se produjo un accidente automovilístico en mi primer año de secundaria que involucró algunos miembros de mi familia”.
Su padre conducía por una concurrida autopista cuando chocó contra un muro de hormigón. Él y los tres pasajeros resultaron heridos, algunos de ellos graves. “Mi papá, mi abuelo, mi hermana Annie y mi hermano Andrew estaban en el coche”, cuenta el sacerdote.
Su abuelo sufrió varias fracturas en las costillas, su padre sufrió severos hematomas, a su hermano Andrew le arrancaron algunos dientes y su hermana Annie sufrió lesiones internas que dañaron sus intestinos y requirieron cirugía.
Ante tal suceso, la reacción de Anthony Dang no fue la de rebelarse o quedarse paralizado sino que se volcó en la oración, concretamente a través del Rosario. Cada día rezaba el Rosario por sus familiares heridos. Finalmente, los dos últimos hospitalizados, su abuelo y su hermana, fueron dados de alta.
“Todos sobrevivieron, pero yo todavía tenía el hábito de rezar el rosario, así que pensé: ‘Seguiré rezando el rosario’”. Y este hábito lo llevó a un examen de conciencia.
“Escuché la llamada de Dios por primera vez cuando tenía alrededor de 16 años, durante mi segundo año de secundaria. Estaba rezando el rosario cuando escuché esa llamada al seminario. Era como si mi corazón se sintiera atraído hacia él”, confiesa Dang.
Sin embargo, no lo tenía claro: “tuve dudas al respecto, yo no quería ser sacerdote. Dije, olvídalo”.
En Secundaria, su párroco, el padre Romeo Dionisio, lo invitó a una jornada de discernimiento vocacional. El entorno tranquilo en el que se encontraba este centro resultó ser un escenario ideal para una decisión trascendental, como se vio después. Fue allí donde este joven se sintió conmovido por las conmovedoras presentaciones del Padre Will Schmid.
Además, las preguntas que invitaron a la reflexión planteadas por los asistentes fueron bien respondidas. “Vi a muchos jóvenes allí y conocí a muchos grandes sacerdotes. Me sentí como en casa y pensé: ‘Oye, podría ser uno de esos sacerdotes que están allá’. Después de ese día de discernimiento, pensé: ‘Sí, quiero ir al seminario’”, añade.
Por otro lado, su madre tuvo un gran impacto en este camino de fe y vocación porque según asegura: “Mi madre siempre me animó a ser fiel y aprender acerca de Dios. Ella me llevó a la iglesia, su presencia constante, y su fe y compromiso me ayudaron en mi camino de fe”, recalca él.
Por su parte, su madre afirma que desde pequeño en la familia veían que tenía vocación. Y asegura estar feliz “de que se convierta en sacerdote. Es un regalo para nosotros. Dios lo eligió y nosotros le devolvemos el regalo a Dios”.
Al igual que el resto de seminaristas, Anthony estudió español debido a la numerosa comunidad hispana, y así podrá celebrar misa en nuestro idioma. La pandemia impidió un programa de inmersión en Honduras, pero pudo completar las clases de idiomas de manera virtual. “El verano pasado, pude ir por tres semanas como diácono recién ordenado y hacer trabajo misionero allí. Fue genial”, dice Dang.
¿Qué hay de ofrecer misa en vietnamita? “Es un poco complicado. Creo que puedo, pero tomará mucha práctica”, responde con buen humor.
Fuente: Camino Católico