Antes morir que pisar el rosario: el testimonio de un sacerdote en Auschwitz
El padre José Kowalski nació en Rzeszów, Polonia, el 13 de marzo de 1911, y fue uno de los nueve hijos de una pareja de granjeros muy católicos.
Estudió en el Colegio Salesiano de Oswiecim y pronto se hizo conocido por su gran desempeño en los estudios y su alegría sencilla y contagiosa.
Se inscribió en la Sociedad de la Inmaculada y la Asociación Misionera y pronto se convirtió en su presidente. Fue entonces cuando se enamoró del carisma salesiano y de la vida del fundador Don Bosco.
En uno de sus escritos compuso esta hermosa oración: “ Oh Madre mía, debo ser santo porque este es mi destino. Oh Jesús, te ofrezco mi pobre corazón”.
“Asegúrate de que nunca me aparte de ti y de que te permanezca fiel hasta la muerte: antes muero que ofenderte, ni siquiera con un pequeño pecado. Debo ser un santo salesiano, como lo fue mi padre Don Bosco” , escribió el padre José Kowalski.
En 1928 hizo su profesión temporal y fue ordenado sacerdote en Cracovia el 29 de mayo de 1938. En su parroquia era responsable del coro de jóvenes y de la juventud más rebelde.
Cuando Polonia fue ocupada durante la Segunda Guerra Mundial, los salesianos no dejaron de trabajar con adolescentes, lo que resultó en que el padre José Kowalski y otros once salesianos fueran arrestados por la Gestapo, la policía nazi.
Testimonio en el campo de concentración
El 26 de junio el padre José Kowalski fue trasladado de la prisión de Montelupich al temido campo de concentración de Auschwitz, donde fue identificado simplemente con el número 17.350.
Escondido, utilizó sus momentos de “ocio” para servir a Dios y a los hermanos: celebró la Santa Misa, confesó, rezó el rosario, predicó sobre Don Bosco y, sobre todo, pronunció palabras de consuelo y aliento a los demás presos.
Un día, sin embargo, el el padre José Kowalski fue descubierto. Por tener el rosario, fue humillado y agredido por los guardias, obligándolo a pisarlo. Sin embargo, se negó.
¡Esto hizo que fuera martirizado! Su cuerpo fue arrojado a un vertedero de excrementos y luego quemado el 4 de julio de 1942.
Fue beatificado el 13 de junio de 1999. En Polonia, muchos creen que su devoción ha fecundado y generado muchas vocaciones polacas.
¡Beato José Kowalski, ruega por nosotros!
Fuente: ChurchPop