Un “Rosario perpetuo” para octubre: los dominicos invitan a sumarse on-line
Octubre es el mes del Rosario, y la historia del Rosario es elemento central de la Orden de Predicadores, fundada por Santo Domingo de Guzmán. Por ello, los dominicos han propuesto para este mes un Rosario Perpetuo, un apostolado que se remonta a cuatro siglos atrás, pero en esta ocasión con un formato digital para que así los fieles que lo desean se inscriban para distribuirse en todos los horarios para así cubrir todo el mes. El objetivo es que en todo momento haya alguien rezando el Rosario.
Los dominicos recuerdan que el Rosario “es escuela de contemplación y la mejor preparación para la actividad apostólica”. En ese sentido, proponen, en octubre, tomar un turno para rezar el santo rosario. “Así, junto a otros hermanos, podremos mantener de modo continuo la oración del Rosario de María durante todo el mes”, animan.
“Sólo se requiere del compromiso personal para rezar en el día y la hora escogidos poniendo en la intención de ese Rosario la plegaria que proponemos en la semana correspondiente”, aclaran. La intención general de este mes, en consonancia con la intención del Papa Francisco, es “que cada bautizado participe en la evangelización y esté disponible para la misión, a través de un testimonio de vida que tenga el sabor del Evangelio”.
La inscripción puede hacerse pinchando aquí. Hay que elegir el día y la hora escogido para rezar el Rosario y en la web también se encuentra detallado cómo rezar el rosario. Además, los frailes invitan a los fieles a tener entre sus intenciones las vocaciones de la Orden de Predicadores.
Qué es el Rosario Perpetuo
Fray Alfonso D’Amato explica en el libro La devoción a María en la Orden de Predicadores que a los dominicos pertenece el origen del “Rosario Perpetuo”: método de oración que asegura para todas las horas del día y de la noche, por el año entero, la alabanza a María, la laus perennis. El proyecto de crear tal asociación fue del padre Pedro Martini, del convento de Bolonia. Él instituyó en la iglesia de santo Domingo en enero de 1635 esta especie de cadena rosariana, para rogar la paz de los corazones y el término de los odios y de las guerras.
La nueva asociación encontró enseguida gran favor entre los fieles. Esta santa devoción se ha difundido de tal modo que ya no hay ciudad de Italia en que no sea acogida con entusiasmo. Fuera de Italia, por lo demás, en España, Francia y también en la India fue adoptada en la predicación dominicana.
Alejandro III concedió por primera vez en 1656 indulgencias particulares a aquellos que recitaban el rosario “en una hora que les había sido asignada”, es decir, a los inscritos en el rosario perpetuo. Otras concesiones similares siguieron a ésta en los años 1658 y 1663. Hacia fines del siglo XVII los dominicos de Tolosa (Francia) inauguraron en su iglesia la devoción de recitar el rosario delante del Santísimo expuesto sobre el altar, de modo solemne, alternándolo a coros por un día y una noche enteros. Al día siguiente la devoción se repetía en otra iglesia, luego en otra, y así sucesivamente…
En el siglo XIX la devoción a la Virgen del Rosario recibió un nuevo impulso después de las difíciles vicisitudes sufridas por la Iglesia y la Orden. El año 1883, en su primera encíclica sobre el rosario, León XIII recuerda que la Orden dominicana tiene como “especial misión la de hacer partícipes a los demás de este bien”.
En los últimos años los dominicos han organizado congresos internacionales sobre el rosario: señal de cómo se conserva vivo en la Orden de santo Domingo el amor y el interés por esta devoción. Después del Concilio Vaticano II, para contrarrestar una cierta “teología” de moda que, en nombre de un cristianismo secularizado consideraba al rosario una devoción “superada”, los dominicos se han empeñado particularmente en reiterar esta devoción como instrumento eficaz para proteger y desarrollar la fe en el corazón de los fieles; y justamente, para que no caigamos como víctimas del secularismo y de la indiferencia religiosa.
Muy importantes son los textos sobre el rosario de la Exhortación Apostólica Marialis Cultus de Pablo VI (2 de febrero de 1974) en que, como lo hiciera ya Pío XII, llama al rosario “compendio de todo el Evangelio”.
La meditación de los misterios es la verdadera alma del rosario. Es necesario pasar por esta meditación muy simple, antes de elevarse a la verdadera contemplación. Por esto, el rosario es escuela de contemplación; eleva poco a poco por encima de la oración vocal y de la meditación razonada.
Fuentes: Frailes dominicos / CariFilii