Reflexión para Julio 2019

En el ciclo de las apariciones de Fátima, la del 13 de julio de 1917 es particularmente memorable por ser cuando la Virgen comunicó a los niños su famoso “Secreto”, con la visión del infierno, la Devoción al Inmaculado Corazón de María para la conversión de los pecadores, el pedido de consagración de Rusia y el anuncio profético de su triunfo final: “Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará”.

 

Hagan sacrificios por los pecadores, y digan seguido, especialmente cuando hagan un sacrificio: Oh Jesús, esto es por amor a Ti, por la conversión de los pecadores, y en reparación por las ofensas cometidas contra el Inmaculado Corazón de María.

Ustedes han visto el infierno, donde van las almas de los pobres pecadores. Es para salvarlos que Dios quiere establecer en el mundo una devoción a mi Inmaculado Corazón. Si ustedes hacen lo que yo les diga, muchas almas se salvarán, y habrá paz. […]

Para prevenir esto [la Guerra], vengo al mundo para pedir que Rusia sea consagrada a mi Inmaculado Corazón, y pido que los primero Sábados de cada mes se hagan comuniones en reparación por todos los pecados del mundo. Si mis deseos se cumplen, Rusia se convertirá y habrá paz, si no, Rusia repartirá sus errores alrededor del mundo, trayendo nuevas guerras y persecuciones a la Iglesia los justos serán martirizados y el Santo Padre tendrá que sufrir mucho, ciertas naciones serán aniquiladas. Pero al final mi Inmaculado Corazón triunfará.

Cuando ustedes recen el Rosario, digan después de cada misterio: Oh Jesús mío, perdónanos y líbranos del fuego del infierno, lleva a todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas.