Reflexión para Diciembre 2017

«Su Madre lo lleva con alegría, su origen es inmaculado, fácil el parto, su nacimiento sin mancha y sin dolores. Porque convenía que, así como fue condenada a alumbrar con dolores la que por su culpa introdujo la muerte en nuestra naturaleza, alumbrase por el contrario con alegría la Madre de la Vida. […] Porque la muerte era el fin de la gravedad del pecado y ahora va a ser destruida ante la presencia de la verdadera Luz, que habrá de iluminar a todo el mundo por medio de los rayos evangélicos.»
San Gregorio de Niza
Oración:
En la Divina Voluntad, Virgen María, Nuestra Señora del Carmen, permitimos que tu SÍ Y EL DE TU HIJO suban a través de nosotros en nombre de todos los que viven en este país, tan amado de tu Corazón Inmaculado. Te imploramos para todos nosotros, para todos los sacerdotes y para todas nuestras tierras y ciudades tu protección por medio de tu intercesión poderosa y de la Sangre de tu Hijo Jesús, con la cual nos quieres cubrir en estos tiempos difíciles y perturbados en los que estamos.
Te bendecimos y amamos por todo lo que la Divina Voluntad hará dentro de la Luz de tu Inmaculada Concepción.
En esta confianza, proclamamos el Magnificat diciendo: “el Poderoso ha hecho obras grandes por mí, ¡Santo es su nombre! Él hace proezas con su brazo: dispersa los soberbios.” Unidos a este mismo agradecimiento y esta misma fuerza del combate, proclamamos con San Miguel Arcángel: “¿Quién como Dios?”.
Te agradecemos liberarnos de todas las fuerzas de las tinieblas, cualesquiera sean sus nombres. Acogemos tus lágrimas de Sangre, que tienen todo el poder contra todo lo que no es de Dios.
Mira nuestros corazones, mira nuestras familias, nuestros jóvenes, pero mira especialmente nuestros ancestros que con fe moldearon nuestro bello país. Recibe nuestra oración de Consagración, que renueva en estos días nuestro deseo de pertenecerte para siempre. A través de esta consagración te abrimos todas las puertas para que ejerzas tus derechos de Madre y de Reina de la Divina Voluntad.
Amén