El “rosario imperfecto” de una familia norteamericana que llena de aliento
El rezo comienza con un cierto orden, pero luego la situación comienza a desmadrarse, pivotando en torno a la figura del padre, que guía la oración: es la escena hogareña del Rosario en familia de Ted, Kristin y sus seis hijos, que difundieron en un vídeo en cámara rápida (time lapse) en su perfil de Facebook que está siendo muy bien recibido como muestra simpática y realista de lo que puede y debe ser ese momento común.
“Así es como rezamos cada noche en familia: nuestro imperfecto Rosario familiar. Requiere paciencia, flexibilidad y sobre todo perseverancia“, explican en la página One Hail Mary at a Time [Un avemaría cada vez], creada en dicha red social hace seis meses.
Ted y Kristin llevan nueve años casados y sus hijos oscilan en edades oscilan entre los ocho años y los siete meses. “Esta es la primera vez que realizamos un vídeo de nosotros rezando, pero ya habíamos grabado hace unos cinco años unos audios de toda la familia rezando el Rosario y los publicamos en iTunes”, declara Kristin a Aciprensa.
Llevan cinco años guardando esta costumbre durante media hora al día. La iniciativa surgió a partir de una sugerencia de su madre, con la que rezaba el Rosario frecuentemente antes de casarse. Su esposo nunca lo había hecho porque su familia, aunque también católica, no practicaba la fe.
Los hijos y el Rosario
“Cuando nació nuestro tercer hijo decidimos comenzar a rezar el Rosario cada noche porque estábamos atravesando por un periodo muy estresante y pensamos que era un buen ritual que podríamos poner en práctica. Lo hicimos durante cuarenta días y nos dimos cuenta que era algo genial. Por lo tanto, decidimos continuar”, cuenta Kristin: “Los niños fueron los que nos impulsaron a hacerlo, porque cuando estábamos ya casados y sin hijos no rezábamos el Rosario. Lo más importante es que tratamos de incluir a los niños y consideramos valiosa esa disciplina”.
Los mayores (8, 7 y 5 años) ya lo rezan completo por sí solos, pero los más pequeños están aprendiendo aún el avemaría: “El rezo del Rosario da paz a los niños y ellos saben que en ese momento sus padres y su familia están juntos. Esta práctica trae paz y alegría a todos”.
“Tenemos como norma que los niños permanezcan sentados”, explica… aunque el vídeo muestra que, al fin y al cabo, son niños: “Nos ayuda encender una vela, darles el Rosario y que a veces lo dirijan ellos”.
“Una de las experiencias que genera rezar el Rosario es que parece que nada sucediera. Pero cuando perseveras te das cuenta de todo lo que ocurre y de que no puedes vivir sin él. Rezar en familia es posible: tal vez difícil, pero vale la pena hacerlo”, concluye.
Anima a la maternidad
Ted tiene un negocio propio, y Kristin, de 35 años, trabaja dos días a la semana desde su propia casa para una entidad bancaria, para la cual diseña “estructuras financieras”. En la misma página de Facebook donde difundió el vídeo publicó una entrada el 4 de agosto para animar a la maternidad a todas las mujeres que no quieren tener hijos por temor a no alcanzar el éxito profesional.
“Un bebé no arruinará tu carrera… Alguien me dijo en 2016 que nunca triunfaría en mi carrera con un sexto hijo en camino”, cuenta: “Este comentario realmente me molestó, como una bomba mental llena de dudas… Sin embargo, por algún milagro, estoy teniendo el mejor año de rendimiento en mi carrera. ¡Gracias a Dios! No solo demostré que estábamos equivocados, sino —lo más importante— demostré que yo misma estaba equivocada”.
Ese buen rendimiento laboral “en realidad es resultado del trabajo duro y los sacrificios de años anteriores. Ningún acontecimiento, especialmente un bebé, va a terminar con todo eso”. Y añade: “Ahora me presentan ante los nuevos clientes con un ‘Ella tiene seis hijos’, en lugar de decir mi nombre. Me llena de orgullo”.
Así que da un consejo a todas las mujeres que no quieren abrirse a la maternidad por temor a perder su carrera: “No escuches a quienes no pueden subir la montaña. Solo mantén la cabeza baja y sigue subiendo o avanzando a poquitos. Aquí que vivir en Grande y permanecer fuerte”.
Fuente: Cari Filii