Reflexión para el mes de Octubre
Octubre es el mes del Rosario. Esta devoción mariana, elemento fundamental de la piedad católica y verdadera puerta del cielo, remonta su historia al siglo XI, cuando los religiosos iletrados recitaban el Pater y el Ave en lugar del oficio. Estos monjes no sabían leer así que recitaban 150 Avemarías, en referencia a los 150 Salmos; por tal motivo se lo llamaba entonces el Salterio de María (“salterio” se llama al conjunto de los salmos). El dominicano Alain de la Roche va a propagar el rezo del Rosario en el Siglo XV.
El rosario de los católicos, compuesto de cuentas agrupadas en cinco decenas, es el objeto que les sirve para recitar el Rosario que comprende los misterios gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos.
La palabra “rosario” viene del amor cortés. El rosarium, que quiere decir campo de rosas, designaba el grupo de poemas que un caballero dedicaba a su dama. Saludar a María con el Avemaría, es ofrecerle rosas (simbólicamente hablando, las rosas de nuestra fe) mientras meditamos con ella el Evangelio.
Dediquemos cada día esta oración a nuestra Madre celestial, aunque sea una sola decena (un “misterio”) y así permitamos que la obra de la gracia se haga realidad en nuestra vida, para mayor gloria de Dios así en la tierra como en el cielo.
Fuente: Un Minuto con María