El Rezo del Rosario lo Liberó de la Secta Satánica en que Participaba
El colombiano Wilson Fernando López entró a los 17 años en una secta satánica, pasó las distintas fases y solamente le faltaba una, pero la misericordia de Dios se hizo presente.
Los preparativos de Halloween
Después de ingresar en esa secta, Wilson tenía que pasar distintas fases. “Llegué a sacrificar a un gato negro. Le clavé el puñal, me tomé su sangre y me comí su corazón. Con este acto, ya había entregado, por decirlo de alguna forma, el noventa por ciento de mi alma al Demonio. Sólo me faltaba el sacrificio humano. Mis compañeras me instaban a hacerlo, porque ya dominaba todos los ritos. Ellas querían que yo fuera su líder.”
Estuvo en la secta casi tres años, y conforme pasaba el tiempo, sabía que llegaba la hora de cumplir con el pacto.
Y conoció una joven católica
“Llegó una muchacha nueva a mi barrio y tanto me fasciné con ella que quise hechizarla. Probé con todos los rituales que sabía, pero a ella no le entraba nada.
“Fue tanta mi obsesión que le pedí ayuda al obispo negro para que ella se enamorara de mí. Me recomendó que actuara como un chico bueno –confiesa– y empecé a acompañarla en las cosas que a ella le gustaban.
“Ella rezaba el Rosario por las mañanas y las tardes, además de ir a misa todos los días. Nos fuimos conociendo y un día me pidió acompañarla a la iglesia y que me arrodillara en frente del Santísimo”. La acompañó y al entrar y arrodillarse, “sentí en mi cuerpo como agujas traspasando todos los poros de mi piel. Era tanto lo incómodo que sentía cada vez que debía acompañarla a esto, que a veces la esperaba afuera del templo”.
Nunca tuvo entre sus planes convertirse. Pero la presencia divina que habitaba a la muchacha lapidó los deseos de Wilson.
Desesperado y temeroso de revelar en la secta lo que sucedía, recurrió instintivamente donde el sacerdote Héctor Ochoa (ya fallecido) por medio del cual vivió una experiencia liberadora.
“Con el padre empezó esa batalla campal que duró tiempo. De mí, salieron tres demonios de la primera potestad de Satanás, muy grandes”.
Volver a Dios
El duro camino para reconocerse hijo de Dios requirió luego su total empeño, confesarse a menudo en el sacramento de la reconciliación y transparentar su verdad a sus padres. Su penitencia, dice, era “ir donde las personas a las que había dañado y pedirles perdón”. No obstante, agrega, aún faltaba una última batalla por dar…
“Al poco tiempo, viendo mi ausencia, los miembros de la secta constataron lo ocurrido y empezaron a atentar contra mi familia. Atacaban espiritualmente, hasta que un día estando en el grupo de oración donde había empezado a participar, apareció el sacerdote negro, y me dice «vengo por usted, ya sabe qué sigue»”.
Luego, recuerda que el líder satanista comenzó a balbucear sus maldiciones… “y en un momento, cuando estaba débil, comencé a sentir detrás de mí una voz que decía «Dios te salve María, llena eres de gracia…» y cada vez fue más fuerte. Sentí salir detrás de mí, una mano blanca, hermosa, luminosa, portando un rosario que enrolló al sacerdote negro”.
El líder de la secta salió de inmediato del lugar y tras diez años jamás Wilson ha vuelto a ser agredido. Hoy destina buena parte de su tiempo a testimoniar su experiencia con las sectas, el demonio y en especial la verdad satánica que encierra la fiesta de Halloween, de la cual fue liberado por una testigo de la fe, un sacerdote y luego, finalmente, por intercesión de la Santísima Virgen María.
Fuente: Portaluz.org