Corea del Norte: cristianos perseguidos fingen contar legumbres mientras rezan el Rosario
No ocupa titulares de los medios de comunicación, no cuenta para las estadísticas que definen las intervenciones de las grandes potencias, pero el testimonio de fe –hasta el martirio incluso-, de los cristianos perseguidos en Corea del Norte, es un signo de esperanza y un desafío para todos los católicos que nos enseña la riqueza de rezar el Rosario.
Un informe de la Agencia Fides cuenta algunas peripecias de los pocos cristianos perseguidos que aún quedan en el «paraíso socialista». El régimen es oficialmente ateo, pero promueve e impone la idolatría ideológica centrada en su líder Kim Jong Un. La represión y el asesinato de los creyentes en esa sociedad atea va consiguiendo poco a poco sus objetivos informa la misma agencia: en 1945 el 30% de la población de Corea del Norte era católica, hoy apenas 10.000 y bien escondidos (otras fuentes rebajan el número a 3.000).
Uno de los clandestinos testigos de este holocausto, el Padre Lee Eu-Hyung, Secretario general de la Comisión para la Reconciliación de la Conferencia Episcopal de Corea del Sur testimonia:
“Tenemos la sospecha que después del largo periodo de persecución, todavía quedan unas diez mil personas en el país que profesan la religión católica y la practican en secreto.”
“Algunos refugiados que consiguieron escapar del Norte, hablan de las mujeres ancianas que sentadas en círculo rezan el Rosario contando legumbres… sólo murmurando en voz baja.”
“Es fácil cerrar los ojos e imaginarse la escena. Gastadas por los años y las penurias, confiadas en el Amor del Señor y de su Madre. Sin sacerdotes, sin templos, pero con una piedad y una formación en el amor tal vez más sólida que la de muchos autodenominados «cristianos adultos»”.
“El contraste con la tibieza de tantos cristianos en Occidente no puede ser más brutal. Pereza, comodidad, respetos humanos, miedo al qué dirán, a que nos tachen de exagerados, de estar fuera del mundo…”
Todos podríamos rellenar la lista de excusas que señala el P. Lee, para no ser santos. El momento de ser testigo es ahora… ¡Únete a la cruzada de Un Rosario por Chile!
Fuente: Fides.org