La Virgen María en la Conversión de un Protestante Metodista

Eric Sammons, ciudadano de los Estados Unidos de América, nació en el seno de una familia Metodista Evangélica practicante. Poco sabía de la religión católica y en su adolescencia temprana decidió entregarse libremente a su fe. Luego en la universidad comenzó a conocer diversos grupos cristianos y movido por un interés particular decidió ser parte de los grupos pro-vida…

Eric Sammons https://unrosarioporchile.cl

“Hasta ese momento mi oposición al aborto era simplemente una cuestión política, pues también me interesaba apoyar otras causas. Pero pronto descubrí que la legalización del aborto era absolutamente antitética al evangelio cristiano. Descubrir esta verdad traería consecuencias. Apasionado, me zambullí de cabeza en actividades pro-vida, decidido a hacer mi parte para poner fin al flagelo del aborto. Las campañas políticas, vigilias, manifestaciones e incluso eventos tipo operación de rescate. Nada era demasiado para mí a la hora de trabajar en contra del aborto.
Sin embargo yo, que había sido criado en una fe conservadora, donde no estaba muy claro el vínculo de la fe con la vida, descubrí que para muchos de quienes eran parte de los grupos pro-vida, vivir la fe era una cuestión que tomaba todo su ser… ¡querían ser santos! Luego constaté que la mayoría de estas personas tenían una profunda vida de oración… y ¡eran católicas! Creo que esta fue la primera lección que recibí para descubrir la realidad de la fe católica.”

La crisis

“Finalmente, no sin dolor, llegué a reconocer que ya no podía ser un metodista, debido a la aceptación oficial que esa denominación tiene sobre permitir la legalización del aborto. Yo estaba seguro de que ninguna iglesia puede legítimamente pretender ser una iglesia de Cristo, si tolera el brutal asesinato de niños inocentes en el vientre materno. En consecuencia esto me dejó buscando una iglesia nueva. Necesitaba nueva “casa”.
Viví un tiempo de búsqueda y reflexión. Si me convertía en un Presbiteriano, Bautista, o incluso un Episcopal, sabía que nadie de mi familia o de la iglesia estaría molesto o decepcionado. Pero ¿convertirme en católico?… bueno, eso sería romper una regla no escrita. Los católicos eran simplemente demasiado diferentes. Estaba entonces seguro de que el catolicismo nunca iba a ser mi casa. Incluso airadamente negué cualquier posible conversión a mi hermana, quien vio el camino peligroso en que estaba. Y mi negación era sincera. Yo no buscaba convertirme al catolicismo y ni siquiera podía concebir que alguna vez fuere a hacerlo.

A la Virgen le tomó sólo tres días

estampa-virgenPero mi necesidad de ser parte de una comunidad, de una iglesia, continuaba. Entonces ocurrió algo racionalmente inexplicable. Un domingo, tomé una decisión que todavía no entiendo: me decidí a rezar el Rosario todos los días durante una semana para ver si recibía la iluminación en mi lucha. Yo nunca había rezado un Rosario e incluso me incomodaba  la devoción mariana, aunque intelectualmente aceptaba que María tuvo un papel fundamental en la historia de la salvación. Sin embargo yo había visto muchos casos de católicos rezando el rosario – por lo general frente a una clínica de aborto – ¡y había una paz sobre ellos que yo podía sentir, aunque no describir! Recuerdo especialmente una noche, cuando un manifestante pro-aborto se puso a gritar obscenidades a mi compañera pro-vida (que, dicho sea de paso, más tarde se convertiría en mi esposa). En respuesta ella tranquilamente rezaba el Rosario, mientras mis entrañas ardían. Esta imagen me impacta hasta hoy.
Así que un domingo por la mañana mientras estaba sentado sólo en mi dormitorio, cogí un rosario y un folleto de Rosario (ambos que mi compañero de cuarto, católico, tenía la costumbre de dejar sospechosamente fuera, sobre su escritorio)… me arrodillé al lado de mi cama recitando las palabras. No me sentí diferente después de que había terminado, pero yo había decidido darle una semana, así que no me molestó. Esa noche, sin embargo, le dije a mi compañero de cuarto sobre esto. Su respuesta “que no debería haber hecho eso” me sorprendió. Pensé que lo decía como una broma, pero luego agregó: “Tú no sabes aún en lo que acabarás metido.” Las palabras fueron proféticas.
Oré (leí, en realidad) el Rosario al día siguiente, y de nuevo el próximo. Fue precisamente al finalizar ese tercer rosario, que mi oración había sido contestada: Floreció inesperada una alegre certeza… yo sería católico. Luego he comprendido que después de mis dos años de debates y luchas, a la Santísima Virgen María le llevó sólo tres días mostrarme el camino hacia el encuentro con su Hijo: la Iglesia Católica.”
Eric Sammons es hoy el Director de Evangelización de la Diócesis de Venice, en Florida y autor de “¿Quién es Jesucristo? Clave del Misterio en el Evangelio de Mateo ” y Holiness for Everyone.

Fuente: whyimcatholic.com