La lucha de un hombre con la pornografía
Por definición de línea editorial no publicamos en nuestro sitio web testimonios cuyos protagonistas sean anónimos. Sin embargo hacemos una excepción en el siguiente caso, pues su protagonista desea mantener el anonimato y aunque breve, creemos que puede ser significativo para muchos navegantes de internet…
Un ex porno adicto
Tengo 35 años. He sido consumidor de pornografía desde los 15 años. Cuando uno se adentra en este submundo, empieza por curiosear y antes de darse cuenta ya ha perdido todo el poder de decisión y de control sobre sí mismo. El adicto a la pornografía se convierte muy rápido en el esclavo de la búsqueda compulsiva del placer instantáneo. Uno baja el listón de la exigencia en cuanto valores y sube el listón del aspecto físico. El cambio de valores puede hacerse tan extremo, que uno llega a hacer barbaridades. Yo por ejemplo perdí mi virginidad con una prostituta a los 20 años. Por supuesto que después de esto uno se siente más vacío que un envase utilizado, pero ya no puede parar. Se ha subido en un tren sin frenos y cada vez consume más pornografía y más prostitución. Uno sabe que lo está haciendo mal pero piensa que es demasiado tarde para él, que ha llegado demasiado bajo para poder levantarse y piensa que el sexo marcará para siempre cada detalle de su vida miserable. Uno piensa que El Señor puede salvar al mundo entero pero al adicto no le puede encontrar solución alguna. Si tú eres adicto al sexo he aquí una buena noticia. Esto tiene solución.
En tu lucha tienes un arma poderosísima. Esta arma se llama EL ROSARIO. Te va a sorprender lo efectiva que es. El Rosario no es una devoción para abuelitas, una sensiblería para beatas. El Rosario es el instrumento por el cual vas a permitir que entre en tu vida impura la persona más pura que ha pisado la faz de la tierra: La Santísima Virgen María.
El Rosario es tan eficaz que te sorprenderá y no te lo vas a creer. A uno le da por decir:
¡Esto no puede ser, yo no tengo tanta fuerza para abstenerme y sin embargo lo hago! Tienes razón. Pero es que no lo estás haciendo tu solito. Tu fuerza es Jesús y tu pureza María. Si empiezas con estas tres cosas a la vez, Confesión, Eucaristía y Rosario pronto notarás dos cosas:
Primero que empiezas a tener un poder de aguante que no te suena a nada lo vivido hasta ahora. Segundo, verás que las tentaciones no se acaban, sino que se multiplican. Tranquilo. Satanás está rugiendo de cólera porque te tenía encadenado y ahora andas suelto por allí con el rosario en la mano y llevando al Señor dentro de ti. Si hasta ahora se ha burlado de ti, ahora sacará la artillería pesada y te declarará la guerra en todos los frentes. Verás piernas por todas partes y se te cruzarán mujeres con minifaldas que parecen cinturones anchos, a cada momento.
Porque la pureza amigo es eso: un combate. Y más te vale que vayas a este combate bien armado y defendido y sobre todo con los mejores aliados: Con Jesús y María. La sociedad te hace creer que ser hombre es saber técnicas refinadas en la cama y hacerlo con el mayor número de mujeres. Ser hombre es totalmente lo contario: es saber aguantarse para poder amar a una mujer como se merece. Tengo 35 años y puedo decir que soy hombre apenas desde los 32. La mujer más pura que existe, me ayudó a serlo. La Santísima Virgen María.