Amada Rosa Pérez: Ex Modelo Encuentra en el Rosario su Conversión
Cuando tomó conciencia del valor del Rosario en su vida, la exitosa modelo colombiana Amada Rosa Pérez supo que abandonaría las pasarelas de Miami, Milán o Venecia, que con esfuerzo había conquistado…
“Lentamente, por obra y gracia del Espíritu Santo. Empecé a cuestionar toda mi vida: me sentía inconforme, insatisfecha, sin rumbo, sumergida en satisfacciones pasajeras, pero siempre buscaba respuestas y el mundo jamás me las dio. Empecé a sentir una fijación por las camándulas; las usaba como accesorio. Recuerdo que estuve en Egipto, en la iglesia, y tuve una sensación de profunda paz y amor. Me di cuenta de que llevar puestas las camándulas no tenía ningún significado, entonces comencé a rezar el rosario a diario y volví a sentir esa paz.”
– ¿Qué pasó con la moda?
– Ser modelo significa ser un punto de referencia, alguien cuyas actitudes son dignas de reproducir y yo me cansé de ser una modelo de superficialidad. Me cansé de un mundo de mentiras, apariencias, falsedad, hipocresía y engaños, una sociedad llena de antivalores, en la que se resalta la violencia, el adulterio, la droga, el alcohol, las peleas, un mundo que exalta las riquezas, los placeres, la inmoralidad sexual y el fraude. Quiero ser modelo de promoción de la verdadera dignidad de la mujer y no de su utilización comercial.
– ¿Cómo ve ahora ser modelo?
– Creo que detrás del maquillaje, las luces y las pasarelas, muchas veces se esconden vidas profundamente vacías y tristes.
– ¿Qué caracteriza su vida ahora?
– Algunos pueden pensar que estoy loca… Bueno, la locura de Dios es más bella que la sabiduría de los hombres. Antes era una persona afanada, estresada, me alteraba fácilmente. Ahora vivo en paz, no me afana el mundo, disfruto cada momento que me ofrece el Señor. Voy a misa y rezo el santo rosario diariamente, al igual que la Hora de la Divina Misericordia a las 3 pm. Me confieso con frecuencia ante un sacerdote.
– ¿Se considera una beata?
– Si por beata se entiende a una amargada, gruñona y aislada, entonces no soy beata. Si por querer ser santa recibo ese título, entonces que me llamen como deseen. Solo busco y lucho por la santidad.
Fuente: www.religionenlibertad.com